lunes, 19 de septiembre de 2011

Arde la ciudad

Pintura conmemorativa, área de Mukojima, una llamarada gigantesca.


Se prende la ciudad por el fuego de mis venas. Los cristales de las farolas estallan por el paso de mis botas chocando contra el asfalto. De mis poros ya sólo sale humo, de las llamas de mis tripas que están haciendo de corazón. El río que nace en tu boca y crece en tu cuerpo, no muere en mis rodillas. Pronto me haré entera de ceniza y cuando quieras hablarme, tu aliento hará que yo vuele en pedazos. Me uniré a los restos que deje esta noche que arde. Tú ardes con ella, porque al secarse tu río, eres hombre de fuego y rabia.



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