miércoles, 17 de junio de 2015

La guarrada que nos hizo Henry

"Gaz metal", recuperado de: elperromorao.com (quien sea el artista que lo diga)

Por fin me di cuenta, Henry, que quitando los pactos secretos que te traías con tu pájaro azul, lo único que escribías era un montón de mierda. Una guarrada que cubría la realidad demasiado corta para tus expectativas, donde necesitabas más, y no tenías. Por eso tantas putas, tantas peleas, borrachos, heridas y sangre. Pero nada más. No nos diste una salida. Sólo alguien revelándose contra la limpieza del mundo cubriéndose, como digo, de mierda. 

Eso fue lo que fascinó de ti a la gente que se identificaba en ese grito de socorro, por no querer ser simple, ordinario, del montón, y a la vez, irremediablemente, serlo. Arrastrados todos por esta realidad patéticamente pulcra.  Nos dimos cuenta en algún momento de que así era este pacto no establecido. Simplemente tú no lo aceptaste, lo llevaste al extremo, y le llamaste ser artista, y escribiste sobre eso dentro de una coraza, que se reducía a penes ensangrentados en jarrones, alguien miserable llevando cartas y perdiendo empleos, el hipódromo para sobrevivir, y mil mujeres destrozadas por dentro y por fuera. Pero no nos diste ni una sola explicación. Quizá dentro de tu grandeza, ni siquiera la tenías.

Ahora te digo que yo me cago en ti también, Bukowski. Eso es lo que te hubiese gustado escuchar, eso es lo que no te diría alguien al que odiabas con toda tu alma. Por reafirmarnos que el mundo es una trampa hermética y no dar más solución que volvernos como tú. Que en parte te doblegaste. Yo me niego. 

Ojalá estuvieses vivo para desearte que te pudrieras. Pero sobre todo, ojalá estuvieses vivo. 






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