martes, 25 de octubre de 2011

Él estaba ardiendo, yo tenía más gasolina.

Jan Saudek, "Father-in-law and Daughter-in-law", 1988

        Él estaba ardiendo, yo tenía más gasolina. Prendimos una hoguera que hizo despertar al día, pero luego todo se apagó y nos convertimos en ceniza. Volamos en las corrientes que el viento nos ofrecía sabiendo que ya no éramos nadie. Bailando al ritmo del tiempo nos dejamos llevar por las virtudes de la casualidad.

        Al siguiente día fui yo quien llevó cerillas a su encuentro. Él me esperaba con más material y esta vez las llamas quemaron hasta las nubes del cielo y nos volvimos lluvia. Caímos rápido y con fuerza, sin preocuparnos de cómo pudiéramos estrellarnos contra el futuro. Mojados en la calle nos volvimos río y esta vez jugamos con las olas que se formaron a nuestro paso.

       Al tercer día nos soñamos, al cuarto nos escapamos, al quinto nos secamos y al sexto nos olvidamos. El séptimo, como todos, descansamos. No nos supimos prender nunca más.




 
                                  Narrado por Imanol Reta

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