martes, 20 de noviembre de 2012

Dos momentos opuestos

Ray Caesar, "SUNDAY"



Fútiles palabrerías se crean cuando las ideas abstractas se deslizan por los toboganes de las neuronas hasta sus terminaciones nerviosas. La tinta eternamente habitará en las páginas, independientemente de que lo que sus palabras cuenten sean terremotos  de conciencias o excrementos contaminantes.

He terminado de comprender que el tiempo fue presionando la inyección de inmunidad contra la conmoción, y aunque siga esperando el antídoto, de verdad señores que creo que el mundo está tan masticado como una bola de carne.

En algún lugar se encontrará la puerta que se abra al mundo de Alicia, a la sorpresa de un nuevo hacer o a la guinda de la vida y cuando aparezca, ya podré descansar tranquila. Si no aparece nunca, poniendo un dedo en mi boca y soplando todo lo que pueda, me hincharé de fuerzas y la crearé yo misma.
Entonces volveré a sentir lo que me empujó a escribir cosas como esta hace tiempo:


Hay algo en el alma, algo que cuando la música más dulce la roza lo deja todo para derretirse, algo que cuando el atardecer de toda una ladera la rodea, se deja llevar quedándose inmóvil. ¿Qué es lo que hace que nos detengamos llenándonos enteros de esa calma momentánea, cual  es la clave de nuestra emoción?

Quiero quedarme para siempre en ese lugar en el que no hace falta nada más que la virtud de emocionarse y estar para siempre conmovida



jueves, 1 de noviembre de 2012

El desarrollo del vómito


Millie Brown, la artista del vómito




Este hueco que no difiere mucho del caos que le rodea en la infinita red, el blog, surgió a modo de cubo de vómitos y fluidos generados por pajas mentales, sólo como contenedor de ideas que se estaban haciendo bolo en la cabeza y necesitaban otro espacio que habitar, una memoria externa porque la original se saturaba, un pozo del olvido rememorable, vamos, mi pensadero particular.

Pero no se quedó sólo en eso, cuando algún cuento, relatillo o incluso poemilla estaba maduro y caía del árbol, también encontraba cobijo en este lugar. De esta forma también, a raíz de que el cuento tomase más lugar que la reflexión paranoica, esto fue adquiriendo un estilo más concreto aunque impersonal, y cuando una reflexión directamente parida de mis neuronas quería ser vomitada por mis dedos, quedaba fuera de lugar  entre historias de gente que no era yo (a simple vista).

Pues bien, no es que vaya a volver a mis orígenes sino que encuentro la solución en mezclar cuento, relatillo o poemilla con reflexión, porque los periodos van y vienen y sin sacudidas de pensamientos no surgen las ideas, que nunca me gustaron los patrones fijos sino hacer lo que quisiera, que basta ya de estar parada joder !!

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