Late un corazón por cada golpe recibido.
Cicatrices de desengaños lleva en el pecho herido.
Hacen que el alma se pregunte y todo tenga aún más sentido.
Seguirá adelante no obstante, labrando su destino.
Corazón de esencia de fracasos sucesivos.
¿Dónde encontrarás la guarida de tu nido?
Carcelero de tu cárcel, dictador de tu exilio.
Vuelve de frente, sin temor, andante convencido.
En una mano el puñal, en la otra el cuchillo.
De la batalla de lo cierto nunca te has defendido.
Y es que jugaste al ataque, escudero cristalino.
Los golpes fueron todos al pecho dirigidos.
Late un corazón por cada golpe recibido.
Cada trampa, cada decepción, cada caída del camino.
La reanimación constante para no quedarse dormido.
Los golpes más fuertes te hacen sentir vivo.