sábado, 17 de diciembre de 2011

Mañana de piedra

Jerome Abranovitch, Mannequin Series, "Danielle"


Me despertó de golpe, sin sentido como la muerte pero con nostalgia de haberte tocado, unas manos vacías, la tarde.



Me desveló irremediable, de impotencia como el muro pero blando como la carne, un cuerpo que no era el tuyo, la noche.



Me durmió desistida al fin, sola como la vela pero fría como la piedra, un paisaje empedrado, la mañana.




domingo, 6 de noviembre de 2011

Relatillo II: Katy tenía un perrito chihuahua muy pequeñito y muy monino.

Michel Keck, "Chihuahua"



Katy tenía un perrito chihuahua muy pequeñito y muy monino. Ella jugaba con él a todas horas, tirándole su pelotita favorita, dándole galletitas en forma de huesito, lo vestía con trajecitos que le favorecían mucho y hacían de él un perrito chihuahua mas monino todavía, parecía todo un señorito. Lo llevaba consigo a todos lados en su bolso de paseo, porque, al ser el chihuahua un perrito tan pequeñito y monino, encajaba dentro del bolso y con el estilo de Katy a la perfección. Le ponía dentro una mantita para que no pasara frío y el perrito se lo agradecía dándole besitos en la mejilla a Katy. Ellos eran inseparables. Cuando entraba a las tiendas de ropa, todo el mundo la envidiaba por tener una monada de perrito así y todas querían acariciar al encantadorcito, vistosito, lindito, pequeñito y monino chihuahuita.

Pero un día como tantos que Katy y su perrito chihuahua salieron a pasear, a este le dió un ataque de ansiedad, saltó del bolso y aterrizó en la carretera con tan mala suerte que en ese momento pasaba un camión. El pequeñito perrito chihuahua se vio reducido a un bulto de pelo, huesos y sangre poco definido.

Pasados los años Katy seguía sin olvidar a su perrito chihuahua así que decidió tener un hijo, pero este nunca pudo llenar el hueco que dejó su perrito chihuahua. Es que era tan pequeñito y tan monino…

martes, 25 de octubre de 2011

Él estaba ardiendo, yo tenía más gasolina.

Jan Saudek, "Father-in-law and Daughter-in-law", 1988

        Él estaba ardiendo, yo tenía más gasolina. Prendimos una hoguera que hizo despertar al día, pero luego todo se apagó y nos convertimos en ceniza. Volamos en las corrientes que el viento nos ofrecía sabiendo que ya no éramos nadie. Bailando al ritmo del tiempo nos dejamos llevar por las virtudes de la casualidad.

        Al siguiente día fui yo quien llevó cerillas a su encuentro. Él me esperaba con más material y esta vez las llamas quemaron hasta las nubes del cielo y nos volvimos lluvia. Caímos rápido y con fuerza, sin preocuparnos de cómo pudiéramos estrellarnos contra el futuro. Mojados en la calle nos volvimos río y esta vez jugamos con las olas que se formaron a nuestro paso.

       Al tercer día nos soñamos, al cuarto nos escapamos, al quinto nos secamos y al sexto nos olvidamos. El séptimo, como todos, descansamos. No nos supimos prender nunca más.




 
                                  Narrado por Imanol Reta

jueves, 20 de octubre de 2011

PSEUDOPOEMA IV: Como si no lo supiera.

Míralo caminando por la calle
tranquilamente,
como si fuera cualquiera
en cualquier momento.

Que se dirija a mi casa
y pregunte por mí,
se daría cuenta
de que no soy lo que tengo.

Que abra la puerta
y me retenga aquí,
porque, cariño, lo nuestro
no tiene remedio.

Que cogiéndome la cara
me haga confesar,
porque salidas sólo hay una
en el cruce que escogimos.

Que amanezca despacio y
como de casualidad,
sabiendo que era cierto lo que intuimos
cuando estábamos perdidos.

Míralo caminando por la calle
tranquilamente,
como si fuera cualquiera
que no sabe lo que cuento.




Ignacio Habrika, "Multitud sin escaleras"






lunes, 17 de octubre de 2011

Relatillo: Días y días

Pablo Gradilla, "Pupila dilatada por el recuerdo de lo perdido"

Me levanté con el pie izquierdo.
Pisé una mierda al salir de casa.
Me grapé el dedo índice.
El jefe me chantajeó horas extra para el viernes.
Me manché toda la camisa de café.
Todos hablaban mal de mí.
Me encendí el cigarro por el lao contrario.
Cuando ya había acabado el día, pillé un atasco de 3 horas.
Abrí la puerta de casa y me tumbé en el sofá apoyando la cabeza en sus rodillas.
-¿Qué tal te ha ido el día?- me preguntó mientras me acariciaba la cabeza.
Yo, mirándole fijamente a los ojos, me quedé clavada en sus pupilas durante un buen rato.
Por fin dije:
-El día está siendo maravilloso.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Las alcantarillas no se miran


                                    Narrado por Imanol Reta


Hay lenguas que no tienen la oportunidad de saborear el whiskey que se bebe por compasión hacia uno mismo, entre huérfanos de la ciudad y fracasados de la oportunidad, a las horas en que las prostitutas ya casi han dejado de trabajar. Hay ojos que nunca pasearán por ciertas altas esquinas ni ciertos bajos puentes, no se pararán a verificar cómo se viene la muerte rodando entre todos los que estén tumbados en la acera. Habrá quien no sienta el rumor de las conversaciones que se dan en las alcantarillas sobre tiempos perdidos sin solución entre jeringuillas de enfermedad.

¡Pues todos ellos se lo pierden! Siempre creerán que queda algo peor de lo que son y en realidad sus lenguas están heladas, sus ojos están ciegos y sus corazones no suenan al ritmo de la vida. Son mierda deforme, porque se dejaron deformar. Ya no ven nada.


Anónimo, "Alcantarilla"


lunes, 19 de septiembre de 2011

Arde la ciudad

Pintura conmemorativa, área de Mukojima, una llamarada gigantesca.


Se prende la ciudad por el fuego de mis venas. Los cristales de las farolas estallan por el paso de mis botas chocando contra el asfalto. De mis poros ya sólo sale humo, de las llamas de mis tripas que están haciendo de corazón. El río que nace en tu boca y crece en tu cuerpo, no muere en mis rodillas. Pronto me haré entera de ceniza y cuando quieras hablarme, tu aliento hará que yo vuele en pedazos. Me uniré a los restos que deje esta noche que arde. Tú ardes con ella, porque al secarse tu río, eres hombre de fuego y rabia.



viernes, 26 de agosto de 2011

Palabrería III: Delirio de pertenencia.

Bert Lahr, Leoncio en "El Mago de Oz", 1939






































Ni siquiera se planteó el escapar del delirio de pertenencia. Creyó ser alguien y tener algo que perder. Creyó tener algo que perder y perdió todo lo que hubiera tenido por no escapar del delirio que a todos nos acecha en esta sucia ciudad.








Nos perdimos













Nos perdimos lo que tocaba ver por escondernos y, mientras todos estaban entretenidos, preferimos quedarnos juntos, muy pegados, casi quietos pero sintiéndonos, para pasar desapercibidos ante los demás, pero no el uno del otro y sin hablar, por ocultarnos, nos comunicamos con las manos y las piernas, nos enganchamos, porque no queríamos perdernos, como si temiéramos lo que ya sabíamos, que aquello no duraría para siempre.



















jueves, 11 de agosto de 2011

Palabrería II: Duele fuerte.

José Manuel Ciria, pintura de 'Ciria heads grids'
Algo fortísimo que te destroce los tímpanos.
Con furia.
Que notes cómo sabe lo que sientes.
No es miedo lo que tienes.
Porque ahora no buscas remedios.
Ni saber quién eres.
Sólo quieres reventarte enterx.
Porque no sabes qué hacer con toda la rabia que aparece.
Te sube desde las entrañas sin un motivo concreto.
Pero más fuerte que nunca.
Y todo es ruido sin sentido.
Corres hasta sentir el sabor de la sangre en la boca.
Te escondes aunque estés solx.
Destruyes con puños y palabras todo lo que te importa.
Porque no sabes cómo tratarlo.
Eres débil pero te cargarías lo que fuera.
No te acerques que te sentaré mal.
Duele a rabiar y es triste.


¿Quién mierdas sabe lo que pasa?




martes, 26 de julio de 2011

Relatos liosos

Jonathan Meese, serie de collages y fotografía, Dr. Gomilk


El relato es casi todo ficción pero inevitablemente también refleja la realidad de una forma u otra, infiltrada entre las palabras, se le cuela al autor por la influencia que tiene su propia vida en él. Estas dos partes, fantasía y verdad, se mezclan, no están definidas, formando un complejo conglomerado que termina teniendo un único color. No se le pueden hacer preguntas ni se puede deducir nada certero de ello porque no sabrás que tanto de cierto tiene lo que lees ni que tanto de moldeado literario o decorado engañoso tiene.

Por eso hoy da igual que todo esto tenga sentido o no lo tenga; da igual que te guste, que me guste o que quieras parar de leer ahora mismo; que ande hacia delante pensando en lo que dejé atrás, que ande para atrás perdiéndome lo que me queda delante o que me quede parada viéndolas venir; que te vaya más un rollo duro, heavy incluso gore o seas más de algo modernete, irónico incluso chulesco; que encuentres aquí algo de luz, de inspiración, algo que te entretenga solamente o que te haga sentir mejor, algo que te lie y prefieras no volver a leer, algo que te haga cambiar la forma de ver las cosas o simplemente te parezca una mierda bien manoseada… o que no tenga nada que ver con lo que quieres… 

Últimamente da igual lo que se pretenda, que no se entienda un cagao lo que digo y que todo esto no quede nada claro porque la realidad hace tiempo que no lo está y el escrito siempre se adapta.



Da igual que todo sea un lío porque el lío es la realidad.




sábado, 16 de julio de 2011

PSEUDOPOEMA III: Sinrazón absurda.

Marcel Duchamp, "L.H.O.O.Q"

La definición de lo absurdo
se pierde por las calles familiares
intentando llegar a diferentes situaciones,
apartando las explicaciones más formales.

Es el gusto de lo incómodo,
la rareza de lo conocido.
Las verdades que duelen
siempre me han conmovido.

Y no conoces a todo el mundo
sólo por cómo te han hablado.
Si rascas un poco,
puedes acabar pringado.

Lo extraño que hace que te mueva
sin saber explicarlo,
es la razón de tu ruina
o el triunfo del milagro.

Cuando quieras deshacerte
de la culpa que hace daño,
piensa en lo que hiciste
antes de solucionarlo.

Quien ha de juzgar
ha debido de ser juzgado,
para formarse una ley que pueda
dar algún resultado.

¡Yo quiero explicaciones
Locura de pacotilla!
Siempre tienes que librarte
con argumentos sin salida.

Muchas cosas que no entiendo,
otras que nunca entendería.
Solo sé que yo sospecho
que todo es una gran mentira.

Que yo nada puedo explicaros
porque también ando perdida
de la mano de la incoherencia
por las calles de mi vida.

domingo, 12 de junio de 2011

A la altura

Virginia Maury, "Autopista en cuatro movimientos"


Si vienes mirando por encima del hombro, te imaginaré cagando, que siempre se tiene que agachar uno para eso.

Si te tiras a mis pies, te lanzaré una cuerda para que trepes hasta la ventana de mis ojos, que es el reflejo de lo que hay.

Si vienes de cara, me ahorrarás trabajo y nos podremos ir en un descanso a tomar algo mientras me cuentas en qué piensas sin tener que pensar.

¿Un cafelito?

jueves, 19 de mayo de 2011

PSEUDOPOEMA II: Golpes.


Late un corazón por cada golpe recibido.
Cicatrices de desengaños lleva en el pecho herido.
Hacen que el alma se pregunte y todo tenga aún más sentido.
Seguirá adelante no obstante, labrando su destino.

Corazón de esencia de fracasos sucesivos.
¿Dónde encontrarás la guarida de tu nido?
Carcelero de tu cárcel, dictador de tu exilio.
Vuelve de frente, sin temor, andante convencido.

En una mano el puñal, en la otra el cuchillo.
De la batalla de lo cierto nunca te has defendido.
Y es que jugaste al ataque, escudero cristalino.
Los golpes fueron todos al pecho dirigidos.

Late un corazón por cada golpe recibido.
Cada trampa, cada decepción, cada caída del camino.
La reanimación constante para no quedarse dormido.
Los golpes más fuertes te hacen sentir vivo.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Relatillo 0: Morirse durmiendo

El bosco, fragmento de "El jardín de las delicias"


Cuando se termina el día y me acuesto para descansar, duermo tan profundamente que es como si muriera cada noche. Cuando sueño se me presenta el cielo espumoso para encontrarme de frente con el paraíso cercado por las vallas que terminan en las puertas celestiales donde San Pedro me espera para detenerme.

Cual portero de discoteca, lo imagino vestido de corbata negra, con el mentón hacia arriba, mirada por encima del hombro y con aire desdeñoso me dice que no cumplo los requisitos, porque no soy como ellos, por no cumplir las leyes terrenales como los mortales adiestrados para asentir ante cualquier orden o moda que se les imponga para que la sigan. Allí solo entraban los esclavos de la doctrina divina que te limita a decir lo que esperan, que se siente poderosa para decir lo que está bien y lo que está mal, que discrimina, evalúa a cada persona y la encasilla en un lugar casi siempre inferior para que no la superen y si la ley sagrada tiene que pisar porque alguien se subleva, pues no hay piedad y pisa. Todos bailaban demostrando lo mejor de sí mismos, desde seminaristas hasta canis, mirando alrededor y comparándose los unos con los otros, intentando adivinar quién será el que más diste de enseñarse como es llegando a parecer hasta de plástico.

Bastó que San Pedro me alzara en el aire y me arrojara al vacio para que entendiera que no era bienvenida en aquel lugar. Estuve cayendo al vacío durante muchísimo tiempo… tanto que me dio tiempo a levantarme de la cama, apagar el despertador y volver a meterme a dormir… hasta que me zambullí en el magma pegajoso que llenaba la grieta de la tierra en la que había caído. Como por instinto comencé a bucear hacia abajo con todas mis fuerzas, en aquel mar denso de sangre que se desprendía de todos los cadáveres que iban apareciendo a la vez que avanzaba. Se les notaba tranquilos, con sonrisa despreocupada, flotando en medio de esa gelatina, sin nada en lo que preocuparse. Uno me comentó que yo iba camino al infierno y que no me arrepentiría. Pues vale, majo, gracias. Me topé de repente con una megapompa de aire que no se rompió cuando la atravesé para entrar y unirme a bailar, reír, cantar o lo que sea que estuvieran haciendo, o lo que sea que me diese la gana de hacer. En esta discoteca no había portero porque todo el mundo estaba invitado, nadie seguía un patrón de comportamiento y a todo el mundo le parecía bien lo que hicieras o dejaras de hacer, incluso las faltas de respeto daban igual porque la gente se las pasaba por el forro de sus chubasqueros de colores con una risa verdadera.


 Te sentías a gusto porque eras libre y sin límites ni fronteras, por eso la gente era mucho más imaginativa, todos eran filósofos, y se proponían ideas y abstracciones tan fuera de la realidad que podían materializarlas en el aire y alimentarse de ellas. En aquella pompa-infierno, se trataban como se tratarían a sí mismos, no había malentendidos porque todo el mundo hablaba diciendo lo que quería decir, sin más.
No volví a despertar como en los cuentos malos donde todo termina como si hubiera sido un sueño. Yo sigo viviendo en ese lugar.

sábado, 30 de abril de 2011

Pila de piedras

Iker Muro, "Tacoronte"





En alguna parte de algún lugar: piedra sobre piedra.
Tú, por tu parte, emprendes el viaje sin temer al destino: paso a paso.
Allá a lo lejos siguen sin cesar: piedra sobre piedra.
A tu ritmo, por tu camino:paso a paso.
Sudor, esfuerzo, piel y fuerza: piedra sobre piedra.
Llevas la mente fría, el corazón caliente y provisiones: paso a paso.
Entre ellas van encajando: piedra sobre piedra.
Y sigues, prosigues y sigues siguiendo: paso a paso.
Escalan hacia el cielo dando sombra: piedra sobre piedra.
Cada vez que tu piel late fuerte, vas pesando más: paso a paso.
Tapando todo paisaje que tenga color: piedra sobre piedra.
El aire entra igual de caliente que sale: paso a paso.
Ya se oye el eco de los golpes: piedra sobre piedra.
Las rodillas crujen lamentos que hacen temblar al viento: paso a paso.
Va robándote lo que queda de tu sonrisa: piedra sobre piedra.
Tus ojos se nublan y tu consciencia se despide: paso a paso.
Han construido algo horrible.
Cuando despiertas, miras y reaccionas, entonces comprendes.
Paso a paso, has llegado a tu meta.
Piedra sobre piedra, el muro está terminado.

Toca parar
Toca meditar
Toca pensar
Toca cómo
Toca continuar
Toca sacando
Toca fuerzas
Toca para
Toca seguir
Toca y
Toca ponerse
Toca ya
Toca a
TOCA TRABAJAR

martes, 26 de abril de 2011

Encalamiento

Por si nunca cambiara el tiempo, yo nunca cambié de cara, aunque tuviera ganas, desde que todo comienza a encalarse entre dos aguas, entre dos tierras.

Por si nunca llegara el día, yo nunca abrí los ojos, aunque sintiera el reflejo del sol, desde que mis párpados se encalaron entre las sombras, entre lo dicho y lo dejado de decir.

Cuando fue verano, me quedé con tu tiempo.
Cuando llegó el día, me quedé con tus ojos.
Cuando lo vivido te encala en las ramas de su cara, solo el viento más fuerte te puede traer a la realidad.



Arantzazu San Agustín, "Collage: encalada"




Pasará el encalamiento cuando sople el viento.





 

domingo, 27 de marzo de 2011

Palabrería I: Verdad verdadera

Belinda Eaton (paintings 2005-2009)

Déjame decirte que no oigas nada de lo que te cuenten… Mi consejo es que no aceptes ninguna clase de lección… Todo el mundo sabe que las generalizaciones no sirven para nada…  Así que no pierdas el tiempo malgastando saliva para decir algo de lo que creas estar totalmente segurx porque realmente nadie tiene la verdad verdadera.

lunes, 21 de marzo de 2011

De esto que...

Edward Hopper, "Summer interior"

Algo así me comentó mi soledad, pero de esto que la escuchas pensando en otra cosa y no te enteras, pensando por ejemplo en que vendrías, en que aparecerías pidiendo un cigarro o en alguna fiesta, en que eres como yo. 

Pero debí escucharla porque tenía razón, “tú estarás conmigo hasta que te cures de necesidad, hasta que seas una persona entera, hasta que seas independiente, hasta que no te importe la mierda de los demás, qué difícil eh… pues en tus manos está cuanto tardas en deshacerte de mi…”

Hija de puta…



viernes, 18 de marzo de 2011

Relatillo -I : El monstruo del tiempo

Reloj Docoupage
Te juro que en vez de cabeza tenía sobre los hombros un reloj enorme de pared con agujas, y en la punta de estas como los caracoles, me miraban unos ojillos redondos, que si hubieran sido las dos menos diez pase, pero siendo las seis y media sin dar aquello no había por donde cogerlo. No obstante su cuerpo fofete iba bien vestido, de traje de tres piezas en marrón clarito con una pajarita azul cerúleo y un sombrerete redondo, vamos que no se podía negar que tuviera estilo e incluso lo hubiera considerado atractivo de no ser por su evidente deformidad. Con una parsimonia casi humana, el tio estaba tranquilamente fumando una pipa de marfil con motivos florales, supongo que fumando vamos, porque a pesar de que la sujetaba en su mano, no vi boca en aquel cuadro por donde pudiera fumar. Y bueno, tranquilamente hasta que me vio, como yo hasta que lo vi a él.

En el momento me quedé tan petrificada que hasta mi mente sufrió un bloqueo total y él tampoco se movió para nada. Creo que perseguía la ilusión de que no me diera cuenta de que estaba allí sólo porque estaba quieto, como en el un, dos, tres al escondite inglés, así que lo único que se movía en toda la habitación era el segundero que no paraba de dar vueltas. Esto fue lo que terminó hipnotizándome hasta casi perder la conciencia.

Así, mirándonos sin creernos del todo, nos pasamos media hora, hasta que dieron las siete en punto y el gorrión que habitaba en el centro de su faz, aunque aparentaba estar dormido, saltó desde su escondrijo como si la vida le fuera en ello, tantas veces como horas marcaba el gigantesco cabezón de aquel tipo, haciendo que éste saltase sorprendido también a la vez que yo chillaba tan agudo que casi revientan los espejos, las estanterías se derrumban y se me salen los ojos de las órbitas.
Pensé que me venía a visitar el mismísimo monstruo del tiempo y el horror recorrió mi cuerpo empezando desde la cabeza saliendo por mis pies pasó a través del suelo a las paredes y de ahí al techo donde topó con el fluorescente que terminó por ceder al temor, y en forma de fuegos artificiales, explotó.

 “¡¡No se asuste, no vengo a pedirle puntualidad!!”, dijo.
“Ah… ¿no? ¿Lo dice usted de verdad?, entonces… seguiré durmiendo”, dije yo.

Menudo susto tan tonto…

Arantzazu San Agustín, "Monstruo del tiempo"

lunes, 14 de marzo de 2011

Oda a tu voz


"Desnudo en el desierto" Salvador Dalí


Desde el desierto viene con su sonido tranquilo, cuando se le reconoce grave, viene desde lo profundo, levantando la arena de las dunas a su paso, viene a levantarme esa voz ondulada en la sospecha.

Vibrada desde tu pecho entra calentando el mío, que lo mueve a su ritmo o incluso más nervioso pero es todo de aire, por eso se oye hueco, y no entiende a dónde voy sin que nada salga de mi boca. Tampoco por qué no se deja acariciar y con miedo se limita tanto.
De lomo de camello tu voz, con espacio para encajar mi silencio y que no se lo lleve más el viento, está liberada de cadenas de mentira y tira de las mías para que hable desde donde ella viene, lo profundo, y que nos volvamos a ir juntos. Como de ceniza rubia, de noche cálida, de esa virtud inocente que calza para bailar conmigo la danza del vientre con hambre de algo sincero, tu voz es manta que vuela mágica en el día, cubriéndome en la noche, llevándome de viaje al palacio de las siete verdades haciendo que confíe.

Pero no sabe tu voz que la mía se corta de viaje y afónica de vergüenza se esconde en un turbante mudo que me tapa entera y no me deja disfrutar de las ondas de tu sonido, voz tan significante que no sabría como escuchar. Por eso cuando el son me avise de que llegas desde lejos, me convertiré en horizonte para que nunca me alcances y poder oírte sin contestarte.

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